El amor es… no sé si llamarlo cosa, no sé si llamarlo ente o tal vez un ser, pero el amor tiene un color, si es brillante pero a la vez es oscuro, brillante cuando todo parece ser una linda ilusión, un hermoso cuento de hadas, cuando vas sonriendo por doquier, esperando que todo sea posible, pero también se puede tornar negro, tan negro como la noche, oscura, fría y con un profundo dolor, una enorme contradicción.
El amor es… fuego, sí es sentir que puede consumirlo todo a tu paso que puedes ir de un lado a otro siendo el amo y señor de todo, siendo fuerte e imponente, pero el amor también es frío, cuando acaba, cuando se vuelve desolador, cuando lastima, cuando ya no puede encender la llama, una enorme contradicción.
El amor es… sonido, sí ese que impregna alegría que grita sin decir una sola palabra, que utiliza un lenguaje que traspasa fronteras, pero el amor es silencio, cuando debes sellar tus labios porque esas palabras ya no son bienvenidas por el otro, cuando tus palabras causan indiferencia, cuando ya no hay palabras bonitas ni halagos, solo un silencio que se expande por doquier, una enorme contradicción.
Tal vez ese fue mi problema desde un principio querer darle un sentido a algo que no lo tiene, algo que puede ser y no ser a la vez, querer encauzar todo en un solo espacio, esperar que solo hubiera un ruta y de ahí continuar, pero no es así jamás pensé hasta dónde me llevaría el tratar de entenderte, conocer cómo eras y lo que harías en mi vida, cuando la respuesta siempre estuvo ahí, siempre presente ahí, eres y seras por siempre una enorme contradicción.
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